Salto Bera Bera cayó por 55–59 ante AGC–ADIV Valencia en un encuentro muy intenso, con un desenlace ajustado y sensaciones encontradas para el conjunto donostiarra. La primera parte estuvo marcada por una defensa tímida en cuanto a intensidad, con ambos equipos concediendo canastas relativamente fáciles. Al descanso, el marcador reflejaba un tanteo elevado para la categoría, con alrededor de treinta puntos por equipo.
Tras el paso por vestuarios, el partido ganó en intensidad y contacto. La grada empujó con fuerza y el encuentro se volvió muy físico. En el último cuarto, cuando el equipo se veía quince puntos por debajo, Salto Bera Bera despertó y reaccionó con más presión, logrando frenar a los dos jugadores más peligrosos del rival. Esa dinámica permitió reducir la diferencia hasta situarse a solo cuatro puntos, aunque un par de bandejas falladas en situaciones de contraataque, que podrían haber igualado o incluso puesto por delante al equipo, no entraron. El desgaste físico acumulado en un partido tan exigente acabó siendo determinante en esos momentos clave.
El equipo cierra el año con un sabor agridulce, pero con la convicción de saber qué nivel puede alcanzar y qué tipo de equipo puede llegar a ser. El último cuarto dejó muestras claras de ese potencial. Salto Bera Bera seguirá trabajando para consolidar esa identidad, con la confianza de ser capaz de remontar desventajas importantes y con la mirada puesta en un 2026 en el que el equipo quiere competir desde el inicio con mayor intensidad, ambición y hambre competitiva.



